Maderuelo


 Ermita de la Veracruz.
Pintura mural del siglo XII.
Maderuelo. Segovia.
Encargo de la Dirección General de Patrimonio Cultural de Castilla y León.
El original se conserva en el Museo del Prado.La ermita de la Veracruz -declarada Monumento en 1924- es un santuario de formas humildes, que sin embargo, albergaba uno de los conjuntos de pintura románica más interesantes y mejor conservados de España. Con la creación del embalse de Linares y la irremediable llegada de sus aguas, quedó comprometida la delicada conservación de las pinturas. En 1947 fueron trasladadas a lienzo y reconstruidas en el Museo del Prado, formando desde entonces parte de su colección.


aspecto antes de la copia

Adjudicada la recreación de las pinturas por la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, se plantea -dado que la capilla original conserva importantes restos de pintura de gran valor histórico- construir al lado opuesto de la nave y encarada al original, una estructura exenta que contenga la copia. Todos los aspectos de la obra son estudiados junto a técnicos del Servicio de Arquitectura de Segovia y el irreductible alcalde de Maderuelo, Don Santiago Bayo.

réplica vista desde el original

La reproducción de las pinturas tiene como objeto la representación más fiel de la imagen perdida. Por ello, no compite con el original, sinó que se convierte en el fiel testimonio del esplendor y la belleza que presentaba el conjunto antes de los arrancamientos. El efecto dialogante conseguido entre copia y original, consigue recomponer en la contemplación de los muros originales –únicos protagonistas- el recuerdo inmediato que aporta la objetividad de la réplica.

original visto desde la réplica

La nueva capilla está calzada sobre una plataforma ligera de hormigón, con la intención de imitar el efecto de entrada en una sala diferenciada. Debido a las posibles inundaciones, el suelo, de mortero desnudo, exigía la permeabilidad necesaria para filtrar el agua y evitar estancamientos.

El material utilizado para construir la estructura -seis metros de altura por más de cinco de ancho y hondo-, fue el aluminio. Por sus propiedades de resistencia a la oxidación y a los esfuerzos de tracción y compresión, se establecía como la mejor opción. Se colocaron planchas de policarbonato celular como soporte de fondo. Los volúmenes irregulares de los muros, que tienen una presencia muy significativa, se modelaron con poliestireno expandido (el montaje de las pinturas en el Museo del Prado responde a una forma geométrica regular, lo cual obligó a recortar o modificar las fotografías para ajustarlas a las formas que presenta el original). Todo el conjunto fue recubierto con resina epoxi reforzada con fibra de vidrio. Finalmente se aplicó el mortero plástico imitando la textura, lagunas y grietas del original.

fotografía en el Museo del Prado

proyección de imágenes

detalle del proceso

La fotografía fué realizada por el equipo de Arsus Paper en el Museo del Prado.
Una vez dimensionadas las imágenes, se imprimieron calcos para delinear el perfil del mortero y aportar el aspecto de sobrerrelieve característico de las pérdidas de material.
Para hacer más precisa la aplicación del Papelgel, las escenas fueron proyectadas sobre el nuevo muro. Las imágenes se colocaron siguiendo las pérdidas de material, aportando una sensación de profundidad y volumen excepcional.

montando la estructura

policarbonato y calcos

Olga modelando poliestireno

vista interior de la estructura

Olga y Nacho aplicando mortero

detalle del volumen

Vera

Luis y Marc

retirando Papelgel

detalle relieve

La iluminación ha requerido de un estudiado planteamiento. Las paredes están cubiertas de imágenes y el suelo quedará anegado por el agua en las inundaciones. Así, se han dispuesto de cuatro focos modificados provistos de lámparas halógenas de intensidad regulada. Los más visibles, al final de la sala, han sido disimulados embutiéndolos en el falso muro.